Una noche brutal, llena de energía y vitalidad, porque el público tulueño demostró nuevamente que el Rock no ha muerto y que por el contrario sigue tan vigente como siempre, llenando escenarios con la presencia de adolescentes y jóvenes que se mezclan de manera perfecta con los veteranos seguidores del género.
Tenebrarum selló una noche perfecta que tenía al Metal como invitado especial, y con su puesta en escena y su amplio repertorio de rock-metal gótico llevó a los asistentes al éxtasis, hasta que llegó El Velo, icónica canción que fue cantaba a rabiar por una multitud que ansiaba expresar su vitalidad.
En la tarima del pueblito artesanal les precedieron Ekhymosis, la banda que vio nacer a Juanes, este grupo con sus 30 años de historia, trajo una descarga de thrash metal que hizo recordar los primeros años de la banda paisa, logrando una conexión con los asistentes más veteranos.
Noche de Rock
Tuluá escribió una página en la escena rockera nacional, con una sublime presentación Tributo Sinfónico a Metallica, a cargo de la banda tulueña The Four Horsemen y la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil del Centro de Valle, quienes se fusionaron con más de 70 músicos en tarima, presentación elogiada por Tenebrarum y Ekhymosis, quienes se mostraron sorprendidos por la fuerza de la escena alternativa de la ciudad.
La tarea de calentar el ambiente corrió por cuenta de El Viejo Matadero, agrupación local de post punk quienes aprovecharon el escenario de la 63 Feria de Tuluá para lanzar su primer trabajo discográfico; con sus letras e irreverencia demostraron porque son una de las bandas más reconocidas de la escena regional y nacional.
